23 Oct Consejos para visitar las cataratas del Niágara
¿Vas a visitar las cataratas del Niágara próximamente? Aquí te contamos cómo llegar y algunos datos de interés. ¡Sigue leyendo!
Las cataratas del Niágara están situadas en la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Nosotros llegamos a ellas en nuestro viaje hacia Canadá, desde Boston en coche de alquiler tras unas 8 horas de carretera y una parada bastante grata en la capital del estado de New York, Albany. Donde pudimos visitar de forma gratuita su congreso.
También puedes visitar las cataratas haciendo una excursión desde Nueva York, es algo que la gente hace a menudo y es una buena idea si tienes suficientes días en la Gran Manzana.
Nos alojamos la primera noche en el Hampton Inn Niagara Falls y como llegamos al anochecer vimos la iluminación de las cataratas que va cambiando de color y el espectáculo de fuegos artificiales que diariamente se realiza en los meses de verano.
Después de conocer las cataratas de Iguazú y las Victoria, la primera impresión que uno se lleva es que las del Niágara son muchos más artificiales y no solo porque las caídas de agua sean menos espectaculares, sino porque su entorno las desmerecen bastante. Desde el lado de Estados Unidos se aprecia el skyline del lado canadiense formado por grandes hoteles, casinos y restaurantes. Aun así, son una de las mayores atracciones de Norteamérica y si se está por la zona recomendamos visitarlas.
El lado de Estados Unidos está rodeado de más naturaleza que el canadiense. Al despertarnos el segundo día, fuimos directamente a recorrerlo. Empezamos por Goat Island a la que llegamos andando desde nuestro hotel. Os recomendamos visitar las Cataratas del Niágara caminando y mejor no mover mucho el coche porque el aparcamiento en toda la zona es bastante caro.
En Goat Island encontraréis una de las atracciones más conocidas: Cave of the Winds, que te permite bajar en un ascensor a la base misma de las cataratas y sentir la fuerza del agua en tu propia piel. Cuesta 19 dólares por adulto en la temporada de verano y 12 dólares en la temporada de invierno. También desde allí se pasa a Luna Island desde donde se tiene una de las mejores perspectivas de los saltos de agua americanos y andando un poco más se llega al Terrapin Point donde se ve el famoso Horseshoe Falls canadiense. Además, justo en ese mirador hay una tienda, un restaurante y baños públicos gratuitos.
Atravesando Green Island llegamos a la zona del Maid of the Mist donde se encuentran los barcos que te acercan a las cataratas y te ofrecen la mejor perspectiva. La duración del recorrido es de unos 15 minutos y no sufráis porque te dan unos impermeables para que no te empapes con el agua. El precio por adulto es de 25,25$ y los niños a partir de 6 años pagan 14,75$ (55,70€ adulto y niños 40,50€ incluyendo guía, barco y torre de observación) *Dato importante: en los meses de invierno no operan los barcos.
En el lado de Canadá hay otra empresa similar que hace el mismo recorrido y como teníamos más tiempo libre allí, decidimos contratarlo por internet con ellos, Hornblower Niagara Cruises.
Si vas a visitar las cataratas de Niágara, la frontera se cruza tanto para peatones como para coches por el Rainbow International Bridge. Es importante recordar que desde Estados Unidos a Canadá tienes que solicitar el eTA y si se hace a la inversa hay que haber solicitado antes el ESTA que es una autorización de entrada a los Estados Unidos para ciudadanos que no necesitan visado por su país de origen. Se obtiene online desde la web oficial y cuesta 21 dólares por persona. *¡Ojo con esto! Mucha gente cae en el error de solicitar el ESTA en webs no oficiales y no hay problema porque el trámite te lo hacen, pero te costará más del doble que si lo haces por la web oficial. Es legal, pero claro se llevan un beneficio.
Desde la parte canadiense se obtiene la mejor perspectiva de las cataratas y es muy sencillo recorrer todo mediante una senda peatonal. Nosotros nos alojamos una noche en el Niágara Falls Marriott on the Falls con unas vistas estupendas hacia las cataratas.
Si tenéis tiempo os recomendamos una pequeña escapada al cercano pueblo de Niagara on the Lake, bañado por el lago Ontario que te transporta en el tiempo con sus cuidadas calles y sus preciosos jardines. Nosotros lo conocimos de camino a Toronto que era la siguiente etapa del viaje.